viernes, 1 de octubre de 2010

En el día de los mayores, gente que también folla



Un campesino lleva su camioneta al pueblo y el mecánico le dice que tiene que dejarla hasta el día siguiente, así que decide regresar caminando a su granja, que no queda lejos.

En el camino pasa por el almacén y compra un balde y un tarro de pintura. Allí, un colega le entrega dos gallinas y un ganso que le debía. Ahora nuestro granjero tiene un problema: cómo llevar todo a casa caminando. Mientras piensa cómo hacer, se le acerca una viejita y le pregunta cómo llegar a la granja de los González; el campesino le dice que va en esa misma dirección, y que si no tuviera que llevar esa carga la acompañaría.
La señora dice:
-¿Por qué no pones la lata de pintura en el balde? Lo llevás en una mano; te pones una gallina debajo de cada brazo y llevas el ganso en la otra mano... El granjero agradece y comienza a acompañar a la viejita. En un momento le dice:
-Conozco un atajo, que nos saca del camino principal, pero nos ahorramos un kilómetro.

La viejita lo mira con desconfianza y responde:
-Soy una viuda solitaria sin un hombre que me defienda. ¿Cómo sé que no me vas a llevar por el medio del campo, me vas a poner contra una empalizada de troncos y vas a abusar de mí?
-¡Pero señora! Aun cuando quisiera, ¿cómo hago? Llevo un balde, una lata de pintura, dos gallinas y un ganso. ¿Cómo hago para apretarla contra la empalizada y abusar de usted?
-Pones el ganso en el piso, lo cubres con el balde, colocas la pintura encima del balde, y yo te tengo las gallinas...

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